Madame Bovary, Gustavo Flaubert.
Gustavo Flaubert en su novela Madame
Bovary, refleja que el amor no siempre es un sentimiento puro y duradero, puede
ser pasajero o simplemente confundido con la pasión. Impulsa, a veces, nuestros
más oscuros intereses sin importar el daño que podamos provocar. El amor que
siente Emma Bovary no es un sentimiento fácil, pues ella no sabe distinguir
entre el verdadero amor y la pasión.
Gustavo Flaubert, presenta a una mujer hermosa y confundida por el verdadero
amor y el deseo. Emma Bovary ¾después de casarse con
Carlos Bovary, un hombre que se había enamorado de ella perdidamente¾ poco a poco se da cuenta que ya no siente ese deseo de
amor por Carlos. A pesar de ser una mujer con principios morales, Emma se
siente fastidiada por la rutina y de ser quien era en ese momento. Tras una
invitación a un baile se genera un estereotipo de hombre ideal. Ella se deprime
cada día esperando volver a ver a ese hombre ideal.
El matrimonio Bovary
se muda a un pequeño pueblo y Emma ahí pierde sus principios, se siente atraída
por otros hombres deseándolos intensamente a pesar de estar embarazada de su
marido. Emma trata de ocultar el deseo que siente por León y por Rodolfo, con
el tiempo los sentimientos de Emma se vuelven más inestables llevándola a tomar
malas decisiones que poco a poco la conducirán
a la desgracia.
Carlos Bovary, médico y esposo de Emma Bovary, es un hombre
con pocos deseos de superioridad que se conforma con cuidar a su familia. Su
esposa Emma Bovary es hija de un
labrador llamado Teodoro, una mujer en busca de la felicidad con que soñaba
cuando era joven, quiere tener un hombre exitoso, reconocido y que siempre la
quiera. León es un joven apuesto y educado, es uno de los amantes de Emma, el
otro amante de Emma es Rodolfo, un hombre presumido, con dinero y altanero.
Homais, es un farmacéutico y amigo de Carlos Bovary.
A veces no
comprendemos lo que tenemos y buscamos más, aunque no lo necesitemos. Cuando
obtenemos lo que buscábamos, nos damos cuenta de que no lo necesitábamos y ya
es demasiado tarde porque las consecuencias de nuestros actos ya están hechas y
es prácticamente imposible remediarlas y más aún si se trata de un sentimiento
tan hermoso como el amor.