lunes, 16 de marzo de 2015

Madame Bovary, Gustavo Flaubert.



Madame Bovary, Gustavo Flaubert.


          Gustavo Flaubert en su novela Madame Bovary, refleja que el amor no siempre es un sentimiento puro y duradero, puede ser pasajero o simplemente confundido con la pasión. Impulsa, a veces, nuestros más oscuros intereses sin importar el daño que podamos provocar. El amor que siente Emma Bovary no es un sentimiento fácil, pues ella no sabe distinguir entre el verdadero amor y la pasión.
          Gustavo Flaubert, presenta a una mujer hermosa y confundida por el verdadero amor y el deseo. Emma Bovary ¾después de casarse con Carlos Bovary, un hombre que se había enamorado de ella perdidamente¾ poco a poco se da cuenta que ya no siente ese deseo de amor por Carlos. A pesar de ser una mujer con principios morales, Emma se siente fastidiada por la rutina y de ser quien era en ese momento. Tras una invitación a un baile se genera un estereotipo de hombre ideal. Ella se deprime cada día esperando volver a ver a ese hombre ideal.
El matrimonio Bovary se muda a un pequeño pueblo y Emma ahí pierde sus principios, se siente atraída por otros hombres deseándolos intensamente a pesar de estar embarazada de su marido. Emma trata de ocultar el deseo que siente por León y por Rodolfo, con el tiempo los sentimientos de Emma se vuelven más inestables llevándola a tomar malas decisiones que  poco a poco la conducirán a la desgracia.
          Carlos Bovary, médico y esposo de Emma Bovary, es un hombre con pocos deseos de superioridad que se conforma con cuidar a su familia. Su esposa Emma Bovary es hija de un labrador llamado Teodoro, una mujer en busca de la felicidad con que soñaba cuando era joven, quiere tener un hombre exitoso, reconocido y que siempre la quiera. León es un joven apuesto y educado, es uno de los amantes de Emma, el otro amante de Emma es Rodolfo, un hombre presumido, con dinero y altanero. Homais, es un farmacéutico y amigo de Carlos Bovary.
          A veces no comprendemos lo que tenemos y buscamos más, aunque no lo necesitemos. Cuando obtenemos lo que buscábamos, nos damos cuenta de que no lo necesitábamos y ya es demasiado tarde porque las consecuencias de nuestros actos ya están hechas y es prácticamente imposible remediarlas y más aún si se trata de un sentimiento tan hermoso como el amor.